1. Usa solo lo que de verdad necesitas
Parece obvio, pero muchas veces lo pasamos por alto. Tener la televisión o el ordenador encendidos mientras usas el móvil, por ejemplo, es algo muy común. Considera que este comportamiento puede representar más de la mitad de lo que consumes diariamente y asegúrate de apagar los aparatos que no estés utilizando.
2. Evita el consumo fantasma
Muchos artefactos eléctricos como cafeteras, microondas, decodificadores, televisores e incluso el router, siguen consumiendo energía aunque estén apagados. Es la razón por la que desenchufarlos debe ser una prioridad, en especial al salir de casa o por las noches, cuando seguramente nadie los va a utilizar.
3. Reemplaza las bombillas convencionales
Las bombillas de bajo consumo serán tus mejores aliadas. No solo requieren entre cinco y siete veces menos voltaje que las tradicionales, sino que además tienen una mayor vida útil, lo que redunda en más ahorro.
4. Aprovecha la luz natural
La iluminación representa buena parte de la factura de electricidad, por lo que aunque tengas focos de bajo consumo, lo mejor será sacarle partido a la luz del día. Abre las ventanas, sube las persianas y asegúrate de realizar las actividades que requieren claridad cuando todavía no se ha puesto el sol.
5. Ajusta el termostato de forma razonable
En los días de verano, la temperatura del aire acondicionado puede estar en 24°C, mientras que durante la temporada fría una calefacción cercana a 20°C será suficiente. Compleméntalo con el uso de ropa adecuada y evita ese grado por arriba o por abajo que se reflejará a fin de mes.
6. Reduce la temperatura del calentador
A veces cuesta encontrar cómo ahorrar energía en invierno, pero la hora del baño puede ser clave. Los 60 °C que suelen tener por defecto los calentadores no solo son elevados para el uso humano, sino que abultan la factura. Por eso es mejor ajustar el equipo de 35 °C a 40 °C, pues así tus baños seguirán siendo cálidos, pero sin consumir tanta electricidad.
7. Usa la lavadora de forma eficiente
Es preferible que acumules la ropa sucia y laves cuando tengas una carga completa que hacerlo todos los días con pocas prendas. Procura también usar agua fría y configurar ciclos cortos de lavado.
8. Apóyate en la tecnología
Cada vez son más las aplicaciones que ayudan a tener un consumo inteligente. La mayoría te indica el precio actualizado del kilovatio, cuándo es el mejor momento para usar los electrodomésticos de mayor consumo e incluso simulan el escenario de tu hogar con los aparatos conectados. A partir de ahí, reflejan dónde se genera el mayor gasto, con lo que podrás tomar mejores decisiones sobre el uso de la electricidad.
FUENTE: https://es.bluettipower.eu/